Dentro de los primeros tres meses del 2009 se presentaron 24 denuncias y cuatro casos fueron judicializados. Si se tiene en cuenta que la mayoría no son de conocimiento de las directivas de la institución por temor a las amenazas de los agresores no hay que hacer mucho esfuerzo para inferir que es una de las razones pero la más importante del bajo rendimiento académico y de la deserción escolar. En este ambiente de zozobra, de rencores y odios ¿qué tiempo podrán dedicar a la construcción de conocimientos?
El Rector de la institución ha realizado muchas acciones con el propósito de meter el problema en cintura y generar ambientes de convivencia pacífica entre las que se cuentan: la formación en valores, asambleas de padres de familia, recomendaciones a los padres para que lleven y recojan personalmente a sus hijos y convenios con la Policía. En una de las asambleas se les propuso a los padres organizar un equipo que se encargue de la seguridad de sus hijos pero ellos no quieren comprometerse pues tienen mucho miedo.
Las causas son muchas pero lo que más afecta es el techo ideológico, pues, se envían mensajes a la sociedad en el sentido de que los problemas se resuelven por la vía violenta y en muchos casos con la eliminación del adversario, dejando por fuera la opción de la concertación y la fuerza de los argumentos. El bombardeo ideológico que hacen los medios de comunicación sirve de alta voz a los agentes generadores de violencia, difundiendo la idea del odio que está contaminando a un amplio sector de la población y en particular, de la juventud.
En este contexto, los y las docentes hacen esfuerzos para establecer el reino de la convivencia pacífica, pero es poco lo que pueden hacer a menos que la ideología violenta que sustenta la conducta del estado colombiano cambie o que nuevas alternativas de poder político asuman la dirección del mismo.
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