domingo, 22 de noviembre de 2009

La Cultura Educadora


Del espectáculo a la reflexión pedagógica

Por Edgar Becerra
Lic. Biología

La rutina cotidiana en el desarrollo de las clases fue rota un día. Los estudiantes, como es costumbre, fueron convocados a congregarse en el patio central. El motivo: la celebración que anualmente se hace en torno a la figura de Miguel de Cervantes Saavedra y su obra cumbre Don Quijote de la Mancha. Sin embargo, en esta ocasión no se trataba de la típica izada de bandera, con discursos que ya nadie quiere escuchar o lecturas acartonadas que nada significan para el grueso de los estudiantes.

La expectativa empezó a formarse cuando sus ojos observaron un escenario quizás nunca visto en el colegio, en el cual sobresalía una figura de gran tamaño que evocaba a un olvidado dios chibcha. O tal vez fueron los personajes que en zancos y con algunos efectos escénicos muy bien concebidos, les contaron de una manera bastante amena y sencilla , la historia del surgimiento y caída del pueblo Muisca, que pobló hace ya bastante tiempo la Sabana de Bogotá.

Se trataba en esta ocasión de la presentación de la “ Fundación Cultural Chiminigagua”, creada por el hoy representante a la Cámara Venus Albeiro Silva. Ese día la rutina de este tipo de actividades en el colegio también cambió y no fue necesario obligar a los estudiantes a estar presentes, o discutir con ellos porque no estaban atentos, o sancionarlos por faltas de disciplina durante la presentación. Fue tanto el poder de seducción de los actores sobre nuestros estudiantes que incluso los tradicionalmente apáticos, observaron con algún interés la historia que se desarrollaba en el escenario.

Aunque no se hizo una evaluación formal de esta actividad, es prudente preguntarse si a través de esta se logró generar en los estudiantes algún tipo de aprendizaje. Muy probablemente la respuesta seria afirmativa. Es de suponer que mucho espectadores lograron ver más allá del espectáculo y su efectos especiales y lograron comprender que estaban narrando la historia de nuestros ancestros y su triste caída ante el poder bárbaro de los conquistadores españoles.
La misma historia que quizás en algunos grados les escribieron en el tablero o les debieron copiar de algún texto y memorizarla para la previa.

Esta presentación, gestionada en forma acertada por los docentes del área de humanidades, se convierte en una reflexión en torno a la manera en que el conocimiento es llevado a la mente de las personas y el valor fundamental de las expresiones culturales en su papel de mediadores para la construcción de conocimiento.

Las expresiones culturales como el teatro, la música, la danza, la comparsa y muchas otras, vistas en ocasiones como simples espectáculos que sirven solo para entretener, llenar el programa de las celebraciones tradicionales de los colegios o como una “pérdida de tiempo” porque no dejan que se cumpla algunos contenidos de los programas, son sin embargo, producto de la construcción colectiva de diferentes grupos, con concepciones diferentes del mundo y de expresiones que nacen desde las situaciones cotidianas, para convertirse en formas de construcción de conocimiento con un valor pedagógico y didáctico bastante amplio y lleno de matices y hacen de ellos una alternativa que valdría la pena explorar al interior de las aulas de clases.

Será entonces necesario reflexionar sobre la cultura y sus diferentes expresiones en relación con el Proyecto Educativo Institucional, su papel fundamental en la construcción de significados y sentido de comunidad, su relación con las áreas fundamentales, acerca de los imaginarios culturales de los estudiantes.

En otras palabras, es lógico pensar que un proyecto que busca la construcción de comunidad, se vincule con la cultura como elemento esencial que congrega las personas, les da significado a sus vidas y les permite la construcción de redes sociales.

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